El parlamentario reveló que desde Gadafi hasta Sadam Hussein, todos los dictadores de mundo han mantenido un alto grado de exaltación de sus personalidades, elementos a los cuales no escapa la revolución bolivariana, la cual ha dilapido una enorme cantidad de recursos para mantener el culto a la personalidad de Chávez vivo con el fin de captar el voto de sus seguidores, bajo la premisa de lealtad revolucionaria.

“Mientras el gobierno dilapida los recursos del Estado en inauguraciones de estatuas, en honor a Chávez, autor material e intelectual  de  la debacle económica que hoy enfrenta el país y los venezolanos, el pueblo muere de hambre hurgando en  la basura alguna sobra que le permita llevarse un alimento al estómago”, así lo dio conocer el diputado a la Asamblea Nacional  por Acción Democrática Freddy Valera.

El  parlamentario  calificó la inauguración del monumento en honor al expresidente de la república como una blasfemia a la democracia, que solo busca idolatrar un modelo político social en decadencia.

“Desde Gadafi hasta Sadam Hussein, todos los dictadores de mundo han mantenido un alto grado de exaltación de sus personalidades, elementos a los cuales no escapa la revolución bolivariana, la cual ha dilapido una enorme cantidad de recursos para mantener el culto a la personalidad de Chávez vivo con el fin de captar el voto de sus seguidores, bajo la premisa de lealtad revolucionaria”.

Muerte silente

Valera aseveró que mientras el gobierno destina millones de bolívares en gastos onerosos como la inauguración de esta estatua, los centros de la salud de la parroquia Dalla Costa no cuentan con insumos ni medicamentos.

“Mientras Maduro dilapida los recursos del Estado en el pago de autobuses y lonches para su sequito durante el cierre de campaña en la avenida Dalla Costa, el pueblo de Guayana muere a consecuencia del paludismo galopante que afecta las parroquias rurales, falta de insumos en los centros de salud y unan creciente desnutrición, producto de la elevada escasez y elevados precios de los alimentos”  

El parlamentario reveló que se requieren 100 salarios mínimos o en su defecto 64 bonos de alimentación para garantizar una alimentación balanceada.

“De acuerdo al Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas) la Canasta Alimentaria Familiar de abril de 2018 se ubicó en Bs. 100.174.980, lo que representa un aumento de Bs 48.131.757, es decir 92,5 % con respecto a marzo de 2018, lo cual constituye una muerte silente para millones de venezolanos que no pueden adquirir sus alimentos”.  (Prensa AD Bolívar)

El secretario Juvenil de Acción Democrática en el municipio Caroní,  afirmó que solo en Guayana cerca de cinco jóvenes que no representan ningún grado de peligrosidad para la sociedad permanecen detenidos a la espera de juicios por el simple hecho de elevar sus voz en pro de la democracia venezolana.      

Representantes de la Juventud Acción Democratista del municipio Caroní criticaron la política entreguista implantada por el Presidente de la República, Nicolás Maduro, a través de la cual se ha  otorgado los recursos de la Nación a otras Naciones caribeñas y del mundo, perjudicando negativamente la generación de nuevas oportunidades económica para los jóvenes venezolanos.  

Para los jóvenes acción democratistas, durante los últimos dieciséis años el Gobierno Nacional se ha dedicado a destruir todas las formas posibles de comercio y desarrollo económico en el país limitando el acceso a nuevas fuentes de ingresos para la juventud venezolana.   

Ángel Rojas, secretario Juvenil de Acción Democrática en el municipio Caroní, señaló que la crisis económica que enfrenta el país es consecuencia directa de la improvisación económica con que es manejado el país.

“Desde la juventud del partido entendemos la necesidad de reconstruir nuestro país, para el disfrute de las nuevas generaciones de venezolanos, frente a la destrucción y la barbarie desencadena por el régimen en todas las áreas esenciales para el país, las cuales han conllevado a un retroceso progresivo de la calidad de vida de la población venezolana”.

Retroceso progresivo

Rojas, indicó que los últimos 16 años el país ha retrocedido unos cuarenta años, obligando a que muchas familias a aplicar viejas tradiciones o técnicas para superar la falta de gas, pañales, jabón en polvo, toallas sanitarios entre oros productos desaparecidos de los anaqueles.       

“Este Gobierno destruyó nuestras empresas y devaluó como le dio la gana nuestra moneda, dejándonos una inflación por las nubes y una economía por el suelo. Nuestros hospitales la mayoría construidos en la IV República por Acción Democrática se encuentran en pésimo estado y ni una jeringa actualmente se puede conseguir, mientras que nuestra educación desmejoró impresionantemente, conllevando a que la mayoría de nuestros jóvenes vean clases en infraestructuras construidas en democracia y sometidas al abandono del régimen”.

Solidaridad universitaria

El secretario Juvenil de Acción Democrática en el municipio Caroní, manifestó que la mayoría de las escuelas del municipio no poseen servicios básicos, aire acondicionado e iluminación, producto de un adecuado mantenimiento.

“En 16 años de revolución un amplio porcentaje de nuestra juventud se ha convertido en caldo de cultivo para la formación de organizaciones delictivas ante la falta de oportunidades deportivas, culturales, educativas y laborales en las comunidades, mientras otros tantos se debaten en nuestras cárceles por el simple hecho de disentir e impulsar los cambios que tanto requiere el país”

Rojas, afirmó que solo en Guayana cerca de cinco jóvenes que no representan ningún grado de peligrosidad para la sociedad permanecen detenidos a la espera de juicios por el simple hecho de elevar sus voz en pro de la democracia venezolana.

“Como demócrata exigimos la liberación de estos compañeros de lucha y   la creación de programas orientados al fortalecimiento y el desarrollo de la educación como herramientas para el desarrollo integral del país”.

El dirigente juvenil fue enfático al manifestar que la educación es el motor esencial de las transformaciones que experimentan naciones emergentes, situación de la cual no escapa Venezuela. (Prensa AD)