El representante de la tolda blanca, reveló que en más de 15 años de revolución y cerca de 13 planes de seguridad fallidos, lo único que ha cambiado son los protagonistas o autores materiales de los delitos, ante la creciente participación de funcionarios policiales en hechos delictivos.
“El hampa desbordada ha convertido al
municipio Caroní en una zona de guerra, ante la mirada complaciente de cuerpos
policiales y el fracaso Patrullaje Inteligente, que han sido inútiles para el
combate de robos, atracos y homicidios”, así lo dio a conocer el secretario de
organización de Acción Democrática en el Municipio Caroní, Ramón Zacarías.
A juicio del dirigente de la tolda
blanca, la zona más afectada por los elevados niveles de inseguridad en el
municipio continúan siendo las parroquias Universidad, Unare, Cachamay, Vista
al Sol, Dalla Costa y Chirica, debido a los elevados niveles de robos, atracos
y homicidios que concentran.
“Solo en los últimos meses, comerciantes
y usuarios del centro comercial Orinokia, icono de nuestro progreso y
desarrollo, han sido víctimas del hampa
en al menos tres ocasiones, sin que hasta ahora se creen programas policiales o
de seguridad orientados a elevar la seguridad en estos establecimientos que se
han convertido en destino turísticos, ante la falta de lugares de esparcimiento
en la ciudad”
Zacarías, acotó que solo en lo que va de
año en Ciudad Guayana, la decimoséptima ciudad más violenta de América Latina,
se han registrado más de 460 homicidios, cifra que asemeja a una zona de
guerra.
“Como demócratas no entendemos, cómo en
una ciudad tan violenta como la nuestra, que promedia un homicidio cada 24
horas, no se priorice el tema de la seguridad en el plan de presupuesto
municipal, menos aún que desde el gobierno central no se tomen los correctivos
para reforzar la seguridad y la dotación del personal en los 65 cuadrantes que
integran el Plan Patria Segura en Héres y Caroní,
municipios que concentran el mayor número de hechos delictivos en el estado”.
Cambio
de protagonistas
El representante de la tolda blanca,
reveló que en más de 15 años de revolución y cerca de 13 planes de seguridad
fallidos, lo único que ha cambiado son los protagonistas o autores materiales
de los delitos, ante la creciente participación de funcionarios policiales en
hechos delictivos.
“Antes los ciudadanos de a pie, debíamos
cuidarnos solo de los delincuentes; sin embrago tras la creación del hombre
nuevo y revolucionario, también debemos cuidarnos de los funcionarios
policiales”.
El secretario de organización de AD en
el Municipio Caroní, señaló que en lo que va de año 37 funcionarios de diversos
cuerpos policiales y militares en el estado Bolívar han sido separados de sus
cargos e investigados por su presunta participación en hechos delictivos.
“Los municipios Caroní, Heres y El
Callao concentran el mayor número de denuncias en contra de los funcionarios
policiales y de seguridad, siendo la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y el
Ejército Nacional Bolivariano (ENB), los
organismos que concentran el mayor número de denuncias con 19 detenidos por
crímenes como robo agravado, robo de vehículos y homicidio, entre otros”.
Cambio
integral
Para Zacarías la participación activa de
funcionarios militares y policiales en hechos delictivos complica aún más la
ecuación de seguridad en el estado.
“Una sociedad que es incapaz de contar
con cuerpos de seguridad y con agentes policiales honestos y apegados a
procedimientos y normas, transita en una espiral de violencia y caos, donde la
corrupción y la impunidad imperan”.
El secretario de organización de AD en
el Municipio Caroní, aseveró que la simple intervención de los cuerpos de
seguridad y la conformación de nuevos organismos policiales, no solventa la
crisis de seguridad que enfrenta el país.
“Es necesario reajustar de manera férrea los cánones de admisión y de castigo de nuestros funcionarios policiales, así como sus beneficios contractuales y sociales, con el fin de garantizar agentes del orden más proactivos y probos, como ocurre en diversas partes del mundo”. (Prensa AD)
“Es necesario reajustar de manera férrea los cánones de admisión y de castigo de nuestros funcionarios policiales, así como sus beneficios contractuales y sociales, con el fin de garantizar agentes del orden más proactivos y probos, como ocurre en diversas partes del mundo”. (Prensa AD)