El parlamentario aseguró que la educación no
puede ser vista como un instrumento clasista, sino por el contrario como una
herramienta que potencia la inclusión social y el desarrollo igualitario de la
sociedad.
“Mientras el país se polariza con el tema de la
educación y cientos de profesores y alumnos realizan huelgas de hambre en pro
de presupuestos dignos para las casas de estudio, el Gobierno Nacional ha destinado más de 15
mil millones de dólares en armamento”, así lo dio a conocer el diputado
a la Asamblea Nacional por Acción Democrática Freddy Valera .
A juicio del parlamentario la falta de respuesta por
parte del Ejecutivo Nacional al
estudiantado, evidencia el poco apego que por los valores del bolivarianismo
poseen las altas cúpulas del chavismo.
“Es inaudito que un Gobierno que se haga llamar
revolucionario y bolivariano, no acate los pensamientos de sus más ilustres
figuras como Simón Bolívar que se decía que un ser sin estudios era un ser
incompleto o el propio Simón Rodríguez que señalaba que la
ignorancia es la causa de todos los males que el hombre se hace y hace a
otros; más aún cuando la educación
representa una fuente inagotable de desarrollo tecnológico y económico”
Deserción
universitaria
Valera manifestó que en los últimos años de acuerdo
a informaciones que maneja la propia Universidad Central de Venezuela, cerca
de mil docentes han abandonado la casa
de estudios y otros quinientos han pasado a retiro o desempeñan funciones
extracurriculares , producto de los pírricos sueldos que devengan en la casa de
estudios.
“Este es un Gobierno Hambreador que premia la
mediocridad y el jalabolismo exacerbado, en detrimento del profesionalismo, el
progreso y el desarrollo tecnológico del país; basta con ser bachiller para
ganar casi igual o un poco más que un profesional recién egresado de una casa
de estudio, cuando la realidad es que en cualquier lugar del mundo los profesionales son
valorizados por su capacitación y no por un carnet político, en Venezuela prela
este último por encima de los conocimientos ”.
En tal sentido, el parlamentario aseguró que la
educación no puede ser vista como un instrumento clasista, sino por el
contrario como una herramienta que potencia la inclusión social y el desarrollo
igualitario de la sociedad.
Totalitarismo puro
“Solo los
regímenes totalitarios se ataca a las
universidades y se impulsa términos peyorativos contra su profesorado, pues
representan en el contexto sociológico una ventana para la generación de ideas
y pensamientos que atentan contra el status quo de la hegemonía totalitaria, que sólo busca el adoctrinamiento de
su juventud y la conformación de un pensamiento único mediante el control de
las universidades”
A juicio de Valera el actual régimen no es la
excepción a esta regla, razón por la cual hoy más que nunca el pueblo
organizado y las organizaciones políticas deben darle el espaldarazo al
estudiantado, con el fin de acabar con
la diatriba , que ha colocado en riesgo la culminación de semestre para
miles de estudiantes.
“Contar con universidades plurales, democrática y
autónomas, es un derecho de todos los venezolanos, de allí la importancia de
defenderlas a toda costa, ya que un país sin universidades transita la senda hacia su destrucción”
Balas
vs Libros
Para el parlamentario Venezuela posee en su juventud una fuente inagotable
de talentos capaces de impulsar los
cabios tecnológicos que requiere el país como lo han hecho otras Naciones que
destinan gran parte de su Presupuesto Nacional al tema educativo.
“Mientras otros países destinan un amplio porcentaje
de su presupuesto al tema educativo sólo el 18% del Presupuesto Nacional, unos 41 mil millones de bolívares se usan
para la educación básica y cerca de 5 mil millones para el área universitaria,
muy por debajo al porcentaje entregado al tema de la seguridad y defensa de la Nación que ostenta un 26%”
Valera afirmó que hasta la fecha Venezuela ha destinado más de 15 mil
millones de dólares gastados en armamento, los cuales reposan sin uso en los
almacenes militares, con lo cual se podría haber elevado la calidad de vida del
personal docente y obrero de los claustros universitarios.